Una de las principales características que singularizan el talante del señor Antoni Ros fue la voluntad de mostrar por encima de la voluntad de poseer. El esfuerzo de sus sucesores ha estado enfocado a garantizar el cumplimiento de este deseo, empleando para hacerlo un sistema museológico integrativo que adapta la Colección Antoni Ros para que todas las personas, tengan o no discapacidad, puedan disfrutar en igualdad de condiciones. También utilizan diversas herramientas de carácter multisensorial, entre las que destacan las maquetas de soporte volumétrico que reproducen a escala ergonómica las principales modalidades de carros y carruajes expuestos. Esto asegura un mejor conocimiento de los mismos por parte del público invidente o con deficiencia visual complementando su experiencia sensorial abarcando táctilmente los originales.
Mediante una estrategia integrativa de accesibilidad al patrimonio cultural se incluyó la creación de un modelo transversal de gestión que se centra en una fase inicial en el colectivo de personas ciegas y con disminución visual. Por este motivo se toman medidas que se concretan en hechos como la firma de un convenio de colaboración con la ONCE.
El Museo del Traginer-Colección Antoni Ros está abierto a todo el mundo cuidando especialmente la accesibilidad para personas con poca movilidad con la incorporación de ascensor, rampas, maquetas volumétricas e información en Braille para invidentes.
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